Comienza aplicando base a tus labios y su contorno, creando una superficie pareja y opaca. Esto te permitirá modificar el color y forma como quieras.
Dibuja el contorno de tus labios con un lápiz oscuro que mezclarás en dirección al centro de los labios.
Ahora, usa un pincel de labios para extender la línea del contorno y rellenar cualquier espacio que haya quedado vacío. Para lograr esto, sonríe y repasa las esquinas de tu boca. Cuando termines, bordea los labios con un corrector que impida que el color se corra.
Elige un tono oscuro y aplica partiendo del contorno que ya has dibujado. La idea es crear un efecto de color gradual.
Finalmente elige un labial más claro y aplícalo en el centro de los labios. Usa un pincel pequeño para mezclar este color con el oscuro.